“Ahora somos nuevos creadores de rock and roll” entona Santiago Motorizado, cantante de El mató a un policía motorizado en una de las canciones del último disco de la banda, La dinastía Scorpio. Y es eso: el rock and roll como lo conocíamos murió, el apocalipsis de Cromañón pasó y la masividad de llenar estadios dejó de ser la única manera de “triunfar”.
La noche del show anunciaban una fuerte tormenta y posible caída de granizo. Como a los grandes medios argentinos les gusta imitar las amarillas formas de EEUU le pusieron el nombre de Adán aunque ni siquiera era un tornado. Y así fue, una noche con ese tufillo a fin del mundo no podía ser más ideal para escuchar El mató a un policía motorizado, banda con melodías y versos minimalistas, hermosos juegos lúdicos, compases rápidos y guitarras de garaje con mucha distorsión.
Fue el viernes 1° de marzo que El Mató se presentó en Niceto. Antes que ellos salgan a escena tocaron los chicos de Las ligas menores. El show duró aproximadamente una hora y monedas y estuvo totalmente repleto de gente.
Todo apagado y oscuro, el lugar cada vez se llenaba más. De golpe comenzaba a sonar El magnetismo, canción que abre su flamante nuevo disco llamado La dinastía Scorpio, aunque el telón permanecía cerrado. No tardó del minuto que dura el tema para abrirse en el momento que engancha a Mujeres bellas y fuertes, segundo track del mismo CD.
El público ya lo palpitaba en la cola de la entrada. Todos hablaban de los buenos temas que hacían. “Me llega a tocar ruiiidooos, toooda la noooche y rompo todo” decía un pibe cantando el inicio de ese mismo tema -Mujeres bellas y fuertes- con la emoción de la previa. La multitud era muy variada pero se podía apreciar una onda freack, típico de la gente que se mueve en el nuevo ambiente under. Anteojos con marco grueso, chupines, algunos bigotes, camisas a cuadros desprendidas, en fin, la nueva onda.
El Mató es una de las bandas que supo esquivar la corriente. Cuando todos trataban de imitar a Calamaro para poder clavar un hit en la radio y mantenerse, surgieron bandas que decidieron hacer rock más experimental y conseguir un sonido propio. El mató se enmarca en las bandas under que aparecieron luego de Cromañón –tragedia que se llevó a 194 pibes que fueron a ver Callejeros- cuando el rock parecía apagarse lentamente. Un apocalipsis letal que llenó de restricciones el toque en vivo en bares pequeños.
La lógica en la distribución de las canciones cambió notablemente. La llegada de internet cerró en las guaridas más ermitañas a quienes no supieron incorporarla pero también abrieron el juego a mayor acceso y visibilidad del contenido. En esta línea El mató tiene toda su discografía en la web lista para ser escuchada.
El show contó con sus mejores canciones: El día del huracán, Mi próximo movimiento, Chica rutera, Yoni B, Chica de oro, Día de los muertos, Más o menos bien, Navidad de reserva, Nuevos discos, entra tantas otras. Por momentos estábamos todos, absolutamente todos, moviendo las cabezas como un extraño ritual anónimo. Disfrutando de un sonido novedoso y post apocalíptico.
Con 4 discos y 2 simples en sus espaldas -Navidad de Reserva (LP 2005), Un millón de euros (LP 2006), El día de los muertos (LP 2008), Mujeres bellas y fuertes (simple 2012), Chica de oro (simble 2012) y La Dinastía Scorpio (LP 2012)- estos chicos platenses proponen un nuevo sonido en ya tan viciado rock nacional. La banda se conforma por Santiago Motorizado en el bajo y la voz, El Niño Elefante y Pantro Püto en las guitarras, Doctora Muerte en la batería y Chatrán Chatrán en los teclados.
El mató es una de las grandes bandas que surgieron en esta Argentina. Nuevos aires comienzan a soplar y todos los que creen que nada nuevo salió después de Los Piojos, La Renga o incluso Los Redondos, se van a congelar de viejos.