El 5 de marzo las mayorías populares de Latinoamérica lloraron al gran líder de la región. Hugo Rafael Chávez Frías murió a causa de una larga lucha contra el Cáncer. No fueron los Golpes de Estado, no fue el imperialismo, no fue la oposición ni los medios de comunicación ni la derecha continental. Nadie pudo vencerlo, sólo una enfermedad inescrupulosa.Por Luciano Sáliche || @LucianoSaliche || 06-03-2013
La Revolución Bolivariana es el nombre que Chávez le ha puesto al proceso de transformación que inició en Venezuela. La meta es volver a construir un socialismo. Pero un socialismo moderno y actualizado centrado en las bases marxistas y en la mirada del teórico Heinz Dieterich Steffan que acuñó el término de Socialismo del Siglo XXI.
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La construcción del poder
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El Golpe de Estado a Chávez
Las políticas de Chávez siguieron las líneas que dejó el libertador Simón Bolívar sobre la importancia de que América latina cree sus propias formas de gobierno, la idea redentora de la Patria Grande y la unidad del pueblo en vísperas de una gran inclusión social.
La construcción del poder
Para remontarnos a sus orígenes, fue en 1982 -año anterior a que se cumplieran 200 años del nacimiento de Simón Bolívar- cuando Hugo Chávez fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200.
Ya en el año 89 Venezuela estaba hundida en una de sus mayores crisis institucionales. Hacía días que había asumido Carlos Andrés Peréz –ya había gobernado entre 1974 y 1979- y la inestabilidad del gobierno, la devaluación de la moneda, la economía profundamente endeudada, las acusaciones de fraude y la evidente corrupción provocaron el llamado Caracazo: una serie de disturbios que culminaron con una brutal represión devenida a masacre con 300 muertos y más de un millar de heridos (aunque fuentes extraoficiales hablen de 3500 asesinados).
En 1992, con en este contexto potenciado, una facción del ejército liderados por Hugo Chávez y Hernán Grüber Obremán hicieron un golpe de estado que no resultó exitoso. Chávez debió rendirse y pidió hacerlo por televisión. “El país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor”, dijo.
Cuando salió libre comenzó una campaña llamando a no votar como muestra de desprecio hacia las políticas sociales y económicas que se tomaban hasta organizarse en el partido Movimiento Quinta República (MVR) donde recorrió el país promoviendo sus ideales y reuniéndose con Fidel Castro en La Habana. Así construyó poder apoyado por el Polo Patriótico que aglutinaba todos los partidos de izquierda: MQR, Movimiento al Más, Partido Comunista de Venezuela y Patria para Todos. El 6 de diciembre de 1998 Hugo Chávez fue elegido presidente con el 56,5% de los votos.
Un año después realizó un referéndum constituyente para reformar la Constitución que fue apoyado por el 81% de los votos. Una vez terminado el proyecto de Constitución se lanzó un segundo referéndum que también fue apoyado popularmente (71%). En el 2000, debido a lo que preveía la reforma consititucional se realizaron elecciones generales para legitimar los 3 poderes. Chávez volvió a ganar: lo volvieron a elegir Presidente de la República el 59,76%. El referendo se volvió una herramienta de consulta popular muy elocuente por lo que el mandatario no dudó en utilizarla las veces que creía necesario. Así ocurrió con el poder sindical: el 62% de los ciudadanos decidió renovar la cúpula dirigente.
El Golpe de Estado a Chávez
En el 2001 se inicia su segundo período presidencial (el primero fue corto, 1999-2001, debido a la reforma constitucional) y lanza una serie de leyes que a pesar del paro nacional de las patronales opositoras -Fedecámaras (asociación de gremios empresariales) y CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela)- logra instalarlas: Reforma Agraria, Ley de Pesca y ley de Hidrocarburos.
La polarización ya estaba encendida. Varios oficiales de las FFAA comienzan a pedirle a Chávez que renuncie. Fedecámaras, CTV, la Universidad Católica y la Iglesia firman un tratado contra Chávez. El Presidente anuncia por televisión el despido de altos gerentes de PDVSA. El 11 de abril una gigantesca manifestación se reunió en las puertas de la empresa petrolífera. Chávez llama a activar el Plan Ávila (uso de armas de la policía para replegar la manifestación) aunque no logra llevarse a cabo y a cortar la transmisión de los canales televisivos privados que, según el Presidente, distorsionaban la realidad. Los canales de TV logran seguir transmitiendo. Se produce una balacera de algunos manifestantes chavistas y francotiradores: el saldo fue de 19 muertos.
Los militares que comandaron el Golpe de Estado presionaron a Chávez para que renuncie dado que si no lo hacía atacarían el palacio presidencial rodeado de civiles. El comandante bolivariano acepta la renuncia y al día siguiente el Presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, se proclama presidente interino.
El 13 de abril comenzó la gran manifestación chavista. Los medios de comunicación hicieron la llamada censura informativa en la que pasaron durante todo el día películas y dibujos animados. La manifestación se intensificó y tomaron el canal Venezolana de Televisión y el Palacio de Miraflores. Chávez es liberado en lo que en Venezuela se conoce popularmente como Operación de Rescate de la Dignidad Nacional.
No fue sólo el fallido Golpe de Estado de abril del 2002, en diciembre del mismo año Chávez debió enfrentar un paro petrolero que contó con el irrestricto apoyo de todos los medios privados tanto de televisión como de prensa gráfica.
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Tirano & Comunista
Lo más importante que ha hecho el gobierno chavista en Venezuela fueron las Misiones, medidas de índole social que fomentaron de manera exorbitante la inclusión social. Por citar algunas, la Misión Robinson logró eliminar el analfabetismo, la Red Mercal instaló 16 mil mercados en toda Venezuela con precios en alimentos básicos con descuentos de entre 30% y 45%, y la Misión Vuelven Caras que estableció programas de asistencia médica en los barrios más relegados.
Además, en 2005 se ejecutó la Ley de Tierras donde se expropiaban latifundios improductivos para dárselos a quienes quisieran trabajarlos. Obviamente, esto generó la crítica de todo el arco opositor. El Presidente argentino Carlos Menem llegó a tildarla despectivamente de “medida comunista”.
Entre las falencias de su gobierno se hallan las censuras a los medios de comunicación en ocasiones claves. Desde el chavismo se desprenden argumentos que anteponen la legitimidad popular del voto frente a las maniobras comunicaciones golpistas. El terreno es polémico y hasta engañoso pero lo que es seguro es que en esos momentos la libertad de expresión se rompió.
Las acusaciones de haber negociado con las FRAC colombianas, la relación con el controversial presidente iraní Ahmadineyad y los actos de corrupción son algunos de los reclamos de la oposición. Pero el logro de la unión de los presidentes latinoamericanos, la posibilidad de pensar en el mercado desde una perspectiva más igualitaria dentro del Mercosur, la creación de la Unasur como método de coparticipación en el cono sur del continente y la concientización de millones de personas en que el futuro de la Patria Grande es posible, sin duda, son los legados que ha dejado el Comandante Bolivariano.
Hugo Chávez fue quien volvió a hablar de socialismo. Para los que creían que el fin de las ideologías era evidente y el neoliberalismo había impuesto no sólo la ambición de querer ser millonarios sino también la mutilación de nuestras profundas convicciones comunitarias, se equivocaron.
Más que un socialista, Hugo Chávez fue un tirano. Como la derecha republicana y los medios de comunicación neoliberales llaman a quienes personifican de manera extremadamente personalista al pueblo que legítimamente los ha elegido: un tirano.