Los modos de informarse han cambiado. A la posibilidad de leer noticias en diarios, escucharlas por radio o verlas en TV se le agrega la de navegar en la web en busca de información en diferentes formatos –escrito, sonoro, audiovisual-. ¿Cuáles son las características de los consumos informativos online en la actualidad?
Fotos: Victoria Schwindt || @vickyschwindt
Las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) alcanzaron un amplio desarrollo en la década del 2000. Un ejemplo es internet y la conexión banda ancha que en 2006 alcanzó los 1100 millones de usuarios, según datos de la consultora internacional IDC. Esto afectó a la industria mediática que comienza a producir contenidos para plataformas digitales.
En los últimos 15 años se produjo, de manera gradual, una caída de las ventas de diarios en papel. Tal como sostiene el analista de medios Matías Martínez Molina en su libro Os Melhores Jornais do Mundo, el epicentro fue en EE.UU y Gran Bretaña mientras que se dio de un modo más leve en Europa Continental y Asia. Le atribuye responsabilidad al desarrollo de internet y a los nuevos hábitos de lectura que generó. Esta situación se replica en la Argentina aunque de manera no tan brusca. El sitio DiarioSobreDiario, en su informe de ventas 2013, confirmó que el Diario Clarín, el más vendido de la Argentina, vendió en 2013 menos ejemplares que en 1959 -cuando la población era menor a 20 millones- .
Pablo Martín Fernández, Licenciado en Ciencias de la Comunicación y editor web de las revistas Apertura e InfoTechnology afirma: “La caída de ventas en papel es mundial y la tendencia aumentará porque hay generaciones jóvenes que ya no compran diarios; se informan por Internet. La clave es no dormirse”. Los diarios deben aggiornarse en función de un consumidor de noticias que ya no invierte el mismo tiempo que hace años atrás tal como lo afirma Hal Varian, economista en jefe de Google, en el informe Newspaper economics, Online and Offline: “Un lector de diario impreso pasa 25 minutos por día promedio leyendo el diario mientras que un usuario online pasa poco más de un minuto en un sitio informativo”.
En EE.UU se registran patrones de lectura y conductas en sitios de noticias que ayudan a pensar lo que ocurre en la Argentina y el resto del mundo. Allí, afirma Fernández, se da “la mayor catástrofe” en caída de ventas y profundiza: “Lo que pasa es que al ser tan relevante en tema medios, asusta. Si bien caen las ventas [en Argentina] –nadie lo va a negar eso- y las que suben lo hacen apalancadas por clubs de beneficio –Club LaNación o Clarín365- la caída no es tan brutal como en EE.UU en dónde cierran redacciones a diario. Eso hace que la transición no sea tan a las apuradas”.
Ana tiene 50 años, es ama de casa y en su tiempo libre suele consultar medios online para informarse: “Me cuesta bastante manejarme en internet pero me doy maña. Veo videos, leo las últimas novedades y en general entro en noticias de espectáculos porque me divierten”. El soporte web también repercute en los contenidos informativos. Fernández opina que “Muchas veces se publica contenido online que no sería noticiable en medios tradicionales. Por ejemplo, ahora están muy de moda las listas sobre cualquier cosa. Eso no es noticia, pero es contenido. En internet también es importante pensar a cuánta gente le va a interesar. Porque mal que mal uno puede pensar que todos los que compran el diario pueden leer tal nota; acá si nadie la leyó, me entero”. La profundidad con la que el público lee las noticias varía según el soporte y en la web suele ser baja. El informe Not Quite the Average: An Empirical Studyof Web Use (2008) sostiene que “los usuarios leen el 28 por ciento de las palabras si dedican todo su tiempo a la lectura” y que “leen solo el 20 por ciento del texto en una página promedio”.
¿Qué es lo que sucede en la Argentina con los consumos informativos web? ¿De qué manera los dispositivos tecnológicos penetraron en la sociedad? Según el informe SINCA, realizado durante el primer semestre de 2013 por la Secretaría de Cultura de la Nación, el 71% de los argentinos tiene PC, el 65% se conecta a internet y el 60% tiene conexión en su casa y el 24% de la población se conecta a internet a través de los smartphones. De los contenidos que se consumen en internet, revela el informe, las redes sociales se ubican primero, con un 57% de usuarios (46% de uso frecuente). El 55% tiene un perfil en Facebook y el 13%, una cuenta en Twitter. La página más visitada es Facebook y segunda el portal de videos YouTube. Así es posible concluir que los argentinos son asiduos consumidores de información a través de estas plataformas. Fernández brinda su visión al respecto: “Las redes sociales llevan a los medios online a lugares que quizás no llegaban. Hoy a través de Facebook o Twitter uno lee notas de medios que quizás no sabía ni que existían. Porque le creemos a un amigo o a una fuente confiable. Eso, que parece medio anárquico, está bueno porque te permite llegar a nuevas audiencias. Los medios lo capitalizarían si toda esa gente que llega a través de los links, vertidos en las redes sociales, se queda por un tiempo”. Estas plataformas permiten nuevos modos de interacción entre usuarios y medios: comentarios, megustas, retuits, favs, compartir y difundir notas. Son buenos termómetros para analizar los ritmos en los cuales los contenidos informativos circulan en la web.
Los medios también se debaten la forma en que los contenidos en la web se estructuran para captar a los usuarios. Eyetrack III –un estudio realizado en EE.UU basado en los movimientos oculares de las personas al leer contenidos online- reveló que los titulares suelen ser atractivos para clickear ciertas notas pero no aseguran la permanencia en las mismas. Santiago, cajero de supermercado de 19 años de edad, confiesa que “cuando navego por internet suelo entrar a las notas con títulos más llamativos. Si son escándalos o quilombos deportivos, mejor”. También se delinearon cuatro patrones de lectura habituales en la web : en forma de L –orientando la lectura de arriba abajo y de izquierda a derecha- en E –en dónde el usuario recorre la pantalla de izquierda a derecha pero por zonas, emulando la letra E, y no leyendo la totalidad de un texto- en F –mismo criterio que el patrón en E pero con preponderancia en la parte superior del texto- y en L invertida –usuarios que comienzan a leer de derecha a izquierda, los menos frecuentes. Luego de este análisis se sostuvo que la lectura suele comenzar por la izquierda.
El profesor inglés Paul Bradshaw planteó un modelo llamado Diamante a la hora de presentar la información en el periodismo digital. El teórico plantea un esquemaque respetar, a la hora de distribuir la información, dividido en fases: alerta, borrador, artículo, contexto, análisis, interacción y personalización. Lo mismo ideó el teórico de la comunicación João Canavilhas y lo bautizóPirámide Tumbada: en lugar de la tradicional pirámide invertida del periodismo clásico, el autor plantea una versión “acostada” basada en los preceptos de la lectura online de izquierda a derecha, y divide la diagramación en tres etapas: explicación básica, contextualización y exploración. El autor chileno Juan Carlos Camus hizo lo propio planteando una propuestainnovadora de estructuración de contenidos digitales llamada Modelo Margaritaque consiste en una dividir el trabajo de una redacción digital por etapas, en dónde cada una retro alimente a la anterior. La tecnología no determinó comportamientos sociales inéditos pero si condicionó –y condiciona- la conducta de los usuarios a la hora de consumir información en la web.
El avance tecnológico no se detiene. Medios norteamericanos y también argentinos encienden señales de alarma. Un ejemplo local es el caso del diario Clarín que renovó el diseño de su portal web y planteó una estrategia innovadora: redacción multiplataforma y periodistas que escriban contenidos destinados al soporte web y al papel. El futuro de la prensa y el consumo informativo digital aún es incierto. La permanencia en los sitios web es una cuestión relevante a la hora de pensar contenidos y definir la financiación, ya que la publicidad muchas veces se define por medio del tráfico de los sitios. El “Minuto a minuto”, tan citado en televisión primetime, parece haberse trasladado también a la web, sujeto a fluctuaciones constantes de usuarios. Fernández, opina que “Hay que hacer un equilibrio sobre esto y cruzarlo con la línea editorial. Hay medios que van a publicar cualquier cosa con tal de tener más visitas y otros, por suerte, todavía podemos no hacerlo. Pero, la tentación es fuerte”.
Miguel, empleado público y estudiante universitario de 40 años, confiesa: “Me encanta consumir información en digital porque puedo complementar mi lectura diaria de manera más simple y veloz. Pero tampoco puedo abandonar el ritual de comprar el diario, olerlo, pasar las páginas, creo que es algo que internet no va a poder reemplazar”. Los patrones de lectura son cambiantes y el diario en papel intenta sobrevivir ante al avance vertiginoso de la web y sus múltiples usos.