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Poética pura

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La visión del hombre desde el existencialismo y sus odas elementales es el reflejo del mismo ser: el deseo es la misma esencia del hombre. En la búsqueda del placer el amor exige conocer. En el vacío existe la nada que provoca el caos coyuntural. Un encuentro que no se cumplirá posesionan a las almas de estos dos escritores que enamoran su pluma con “los adioses”. Conjuran un hechizo teatral con la afirmación: “ya no te veré morir” y “quisiera morir ahora de amor”. ¿Es su sujeto lo que desea asesinar en la pérdida del objeto erótico? ¿O es la existencia de ese amor que convive en su interior lo que quiere matar?


Por Ramiro Guardia || @ramaguardia || 16-08-2013


Idea de Juan
Nombre de la obra: Idea de Juan
Elenco: Gabriela Licht - Gustavo Manzanal
Dirección: Gustavo Manzanal
Funciones: Viernes 20.15 hs
Valor de la entrada: 60$


moribundo,da  
  1. adj. Que está extinguiéndose o muy cercano a morir:
    fuego moribundo. También s.:
    el último deseo de un moribundo.

En el Centro Cultural Cooperativo Floreal Gorini, específicamente en “Gonzalez Tuñon”, el ingenio poético inspira a los espectadores a componer una mirada desde el adentro hacia el afuera. La sala cuenta con una infraestructura técnica suficiente para plasmar la calidad de una obra exquisita. Todo lo que se fecunda en ese espacio lógico-temporal debe ser recogido por el espectador con una percepción detallista. No todo está al alcance de las manos: es un trabajo con palas. Es necesario abrir los poros de la imaginación. La oscuridad es el silencio más ruidoso que provoca infinitas imágenes. Lo demás es alcanzable en el juego teatral que co-existe en esa relación provocada y provocante.

La obra relata la relación que existió entre los dos escritores uruguayos pertenecientes a la ‘generación del 45’. Idea Vilariño, una mujer melodramática que vive sacudida por el amor a su literatura: Juan Carlos Onetti. Juan Carlos Onetti, un hombre de actitud austera que puede vivir reconciliándose con su literatura: Idea Vilariño. Juntos encarnan la fuerza del amor erótico y el impulso floreciente de la creación de su naturaleza literaria.

El director propone en escena reconstruir con diferentes medios de soporte de imitación extractos de la vida de Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño. Utiliza objetos que refieren una realidad vivida por los escritores. En el inicio de la función hace uso del recurso sonoro a través de diálogos; y al transcurrir la obra, monta el escenario de tal manera que retoma la cotidianeidad de los personajes. Despliega una producción sencilla en el que aparecen los siguientes elementos: una cama, en el que será un punto de encuentro y desencuentro; unas pantuflas, en la que arrastrará la pesadez de sus años; una botella sobre la mesa; que será la dulce compañía de la nostalgia; una biblioteca, el recuerdo olvidado en varios hogares; un libro y unos anteojos, la lente de uno de los protagonistas que se plasma en sus escritos.

¿Cómo debe construirse la composición teatral para que el poema sea perfecto? Las interpretaciones actorales de Gustavo Manzanal y Gabriela Lichtencarnan en la medida justa y precisa, los acentos y entonaciones, que rememoran el lenguaje de Idea y Juan. En ese intercambio discursivo intercalan sus niveles actorales de menor a mayor nivel hasta que el ascenso es corrompido por la mala selección musical que provoca una sinapsis en las imágenes teatrales. Hay un error en descubierto. Es justo en ese punto fijo en el que los espectadores estiran el cuello desde su butaca hacia lo cercano del clímax presente hasta que la falla estilística provoca una ceguera de apreciación y los regresa a la realidad. En la producción en vista, la pregunta que le precede al director, parece que está aún sin responder ante semejante evidencia. En el conocimiento del arte hay que pensar-la en la totalidad y de manera separada a: la combinación del ritmo, el lenguaje y la armonía.

Entre los avatares de los protagonistas hay un devenir que exige un reconocimiento por parte del otro. Un horizonte de ser para ambos personajes que intentan constantemente saber si pueden alcanzar sus deseos o no. Es clave la angustia que viste a la personalidad ficticia de Idea Vilariño, la misma, ingresa en un juego establecido que propone Juan Carlos Onetti, en el que sabe que va a fracasar. Su vida amorosa se degrada en ese quantum de amor. Se presenta como un conflicto que solo confiesa a través de sus escritos. Las palabras de un amor inconcluso. Es el deseo de conocer eso lo que los erotiza.

Para ambos se construye la figura del amor desde la visión de “uno” lo que significa el “otro” en un sistema de oposición simbólica. En vinculo fuerte la nada vuelve a confrontarse y perder-se con el caos en una eterno errabundeo.¿El alma piensa su verdadera existencia desde el amor? ¿O es el hombre que piensa si existe el verdadero amor con el alma? En esta pieza teatral muestra dos almas enamoradas que desnudan sus cuerpos literarios para seducir a los testigos.



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