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Despilfarro, locura y cojones

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Los españoles de Ska-P desparramaron una nueva cuota de ska-punk y fiesta sobre el escenario. Con un sonido contundente, performances cómicas y un público predispuesto al jolgorio, brindaron un show inolvidable donde presentaron “99%”, su último disco, y repasaron sus grandes éxitos. Pogo antisistema a la orden del día.


Por Pablo Díaz Marenghi || @pablodiaz91 || 25-03-2013 

Cae la tarde en el barrio porteño de Caballito y alrededor de las 17 todo parece habitual. Algunos conductores crispados tocan sus bocinas y protestan ante un grupo de sacerdotes que cortaron la Avenida Rivadavia. Hasta aquí, una escena habitual. Sin embargo, a escasos metros, en el estadio Ferrocarril Oeste comenzaba a gestarse una noche épica para todo amante del rock y el ska. Los vallecanos de Ska-P– liderados por Pulpul y Pipi- están prestos a brindar un show intenso e inolvidable. La presentación de su nuevo disco, “99%”,es la excusa perfecta para saltar, agitar y repasar sus canciones más emblemáticas.

La escena urbana comienza a embeberse de punk rock. Jóvenes con enormes crestas – algunas pintadas de colores, camperas de cuero y parches- circulan, cerveza en mano, cantando canciones de los vallecanos. Algunos se sientan en las veredas y charlan animados. 

Los más impacientes, se mantienen de pie aniquilando el tiempo con un cigarrillo. Cerca de las 18, se abrieron las puertas del estadio del “Verdolaga” y los fanáticos desbandados corrían rumbo al inicio del festejo. La banda mendocina La Skandalosa Tripulación dio el puntapié inicial. El público comenzaba a tomar forma. A continuación, era el turno de Jauría. Los muchachos liderados Ciro Pertusi, ex Attaque 77, repasaron algunos de los temas de su –hasta ahora- única placa como Toscoy Religionare– tema del hermano de Ciro, Federico Pertusi y su banda De Romanticistas Shaolin-  Hits de Attaque 77 como Consejos del abuelo, El Perro y Western desataron la algarabía absoluta.  Ciro agradeció y dejó el terreno en el punto justo para que se haga presente Ska-P, el plato principal.

La espera se demoró más de la cuenta. El público se mostraba calmo y el estadio estaba lejos de colmar su capacidad. A las 20.30 Pertusi retorna al escenario  en una maniobra inesperada. Saludó a los allí presentes y pidió: “Por favor, esperen hasta las nueve menos cuarto, lo pide la gente de Ska-Pporque todavía hay gente afuera esperando para ingresar”. 

Algunos fanáticos, tediosos por la espera, reclamaban, por lo menos, algún tipo de música que aminorase el tedio. Ciro aclaró que “no pasan música porque a los chicos de Ska-P les encanta lo que están escuchando y como cantan”. Muchos se mostraban sorprendidos ante la descripción ya que el ambiente distaba del fervor descripto por el vocalista de Jauría.

De igual modo, todo se puso patas arriba cuando Pulpul, Pipi y compañía aparecieron en el escenario. “Buenas noches Buenos Aires”, vitorea Pipi y Ska-P estaba listo para arrancar. “Full gas” es el tema que abre 99% y con el que arrancaron el concierto. Ahora sí, el clima es de frenesí absoluto; el público aumentó y los bailes típicos de recitales de ska se hicieron notar –repiqueteos en el suelo, saltos y manotazos al aire-. Los fanáticos estaban felices de volver a ver a los despilfarrados músicos.

El show comenzó de forma explosiva. Casi sin respiro, arremetieron con “Consumo gusto” y “A la mierda”, dos de sus canciones más celebradas por “La peña” – como la banda llama, afectuosamente, a su público -. El estadio rebalsaba de emoción y movimiento en exceso; enormes círculos se abrían entre las masas y de pronto, ante un rasguido ska de guitarra, comenzaba el pogo y el slam sin cansancio.  

Son características en las letras de Ska-P las temáticas sociales, antisistema, anticapitalistas y con un fuerte mensaje socialista y revolucionario. Canciones como “Mestizaje” – propone el respeto a las diferentes culturas y razas y “Se acabó” – desafía al miedo propuesto por los medios masivos de comunicación – suenan, invitan a la algarabía y, al mismo tiempo, invitan a la reflexión.

Estos irreverentes músicos españoles no son sólo música. Las caracterizaciones de su animador Pipi, acompañadas por proyecciones en video, generan un intenso espectáculo para su público y brindan un estilo único a sus actuaciones en vivo. En “Lágrimas y Gozos”, Pipi aparece vestido de sacerdote y profetiza con una máscara del diablo.  También se disfraza de convicto de Guantánamo y se somete a la silla eléctrica, estremeciendo al público y generando un aplauso por su actuación.

Pulpul hace denuncias públicas y reclamos, como el caso de Fernando Colombini, un joven de 25 años, oriundo de Saladillo, que está preso desde el último 7 de febrero por cultivar marihuana en el fondo de su casa. “Legalización” es el tema que sigue y profundiza el desenfreno de la audiencia pidiendo por la marihuana legal.

“Insensibilidad” –canción que denuncia la violencia contra los animales- e “Intifada” – manifiesto a favor del pueblo palestino y en contra del “Estado Terrorista de Israel”- son momentos clave en la noche donde el conjunto resuena con mayor concentración y detona múltiples estallidos en sus espectadores. Los círculos pogueros son cada vez mayores e interminables.

Se hace presente la denuncia a la Iglesia Católica como en todos sus conciertos. “Ahora tienen un Papa campeón del mundo”  exclamó, entre risas, Joxemi, guitarrista, y contagia al público. “Sexo y religión” es el emblema anti-Iglesia Católica en sus letras y dio pie a la entrada de Pipi caracterizado como un sacerdote pervertido que persigue a todos los miembros de la banda con un enorme pene de gomaespuma.

“El vals del obrero” y “Solamente por pensar” – canción en homenaje a un amigo de la banda que fue asesinado por la policía italiana en una marcha Anti Globalización- son el aparente cierre. Pulpul se despidió, era el final. Pero, con Ska-P nunca se sabe hasta dónde llegarán las sorpresas.

El show continuó con “Welcome to hell” y uno de los hitazos históricos del grupo: “Mis colegas”. Miles de personas devenidas en una marea amorfa cantaban y saltaban al ritmo de los cojonudos rockeros. La jarana  siguió con “Pal ante comandante” – dedicada al recientemente fallecido líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chavez – y cerró con “El Gato Lopez”. Los últimos pogos retumbaban en el estadio y la atmósfera festiva era absoluta.
Los músicos saludaban y algunos arrojaban sus remeras al público. El mismo vocalista regaló toda su ropa, al punto de quedarse en calzoncillos. Finalmente, la fiesta no terminó ahí. Los músicos improvisaron una excelente versión de “Ni fu ni fa”, con PulPul tocando en calzoncillos y Chiquitín – el trompetista- exhibiendo su trasero al público sin pudor alguno.

Un broche de oro para una noche que quedará grabada para fanáticos de Ska-P; una banda festiva, para nunca dejar de saltar y con letras comprometidas que invitan a la reflexión.




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