Una historia donde el amor adolescente se muestra a flor de piel. Teniendo como elementos un pueblo, la ternura y paisajes matutinos muestra que es posible una película moderna y generacional, sin apelar a los recursos comunes actualmente como son las historias urbanas donde está presente la noche y el descontrol.
Director: Mariano Galperín
Productores: Mariano Galperín, Omar Jadur, Sebastián Perillo
Guión: Mariano Galperín, Martín greco
Música: Fabián Picciano
Directores de fotografía: Mariano Galperín, Diego Robaldo
Directora de arte: Lorena Ventimiglia
Compañías productoras: No Problem Cine, Galperín
Calificación: Apta para mayores de 13 años
Duración: 84 min.
Mariano Galperín elije contar en su nueva película Dulce de Leche, la historia de un amor adolescente. Sus protagonistas serán Luis y Anita. El escenario elegido fue el pueblo de Ramallo.
La película comienza con la llegada de Luis, quien luego de vivir dos años con su padre en la ciudad, regresa a su pueblo natal y se instalará en la casa de su madre.
Se reencuentra con Pedro uno de sus mejores amigos, y van viviendo el día a día de una etapa maravillosa pero complicada como es la adolescencia. Todo transcurre tranquilo hasta que aparece Anita. Bastó un simple cruce de miradas para que el amor y la química atraparan a ambos. A medida que transcurre el tiempo el vínculo se hace cada vez más profundo, pero así como va creciendo su amor, también aparecen los problemas… amigos celosos, la familia que no los comprende y algunos otros “condimentos” que van aportando dramatismo a la historia.
Los días corren y la película de manera abrupta hace evidente que Luis y Anita no pueden estar juntos, sus familias están completamente seguras de eso e intentarán hacer lo imposible para lograr separarlos. ¿Será que el amor triunfará?
Galperín refleja en su película la vivencia del amor juvenil, muestra de manera verosímil la intensidad e ingenuidad con la que los protagonistas transitan el camino del romance. Las actuaciones son impecables, la química entre ambos actores se hace evidente en la pantalla.
También hay que destacar que tiene una muy buena dirección de fotografía y banda de sonido que en conjunto acompañan la historia a la perfección aportando un tinte de emoción y melancolía a la historia.
Dulce de leche muestra de una manera particular esa etapa de cambios y conflictos propios de la adolescencia, utilizando de manera inteligente la ironía y el humor.
La película desde el punto de vista de su realización es buena, pero la monotonía del relato hace que a veces se torne un poco aburrida para el espectador. Sin embargo podemos decir que es una buena opción para disfrutar en familia, en pareja o con amigos y pasar un buen rato.
