Quantcast
Channel: Revista Alrededores
Viewing all articles
Browse latest Browse all 336

“El Kirchnerismo es la represión”

$
0
0
El periodista Diego Rojas, autor de Quién mató a Mariano Ferreyra, publicó en septiembre El Kirchnerismo Feudal (Editorial Planeta), una investigación periodística que se sumerge en la historia de ocho gobiernos provinciales aliados del Gobierno Nacional y cuestiona al relato oficial. ¿Es el proyecto llevado adelante por Néstor Kirchner y Cristina Fernández transformador y progresista? ¿Qué ocurre con los Derechos Humanos en las provincias? Preguntas que Rojas intenta contestar a partir de datos, testimonios e historias que hablan por sí mismas.

Por Pablo Díaz Marenghi || @pablodiaz91 || 13-10-2013


Fotos del líder revolucionario soviético León Trotsky adornando rincones específicos del living, un fuerte de medio metro de alto cuyos cimientos son libros, bolsas de ropa recién adquirida sobre la mesa. Objetos que se expresan por sí mismos y pintan a la persona en cuerpo y alma.  Los aposentos de Diego Rojas también revelan más de lo que esconden. Su último libro intercala historias ilustrativas narradas en formato de crónica con datos duros. El autor explica que decidió “estructurar ésto en términos de algo más legible para el público y que tenga datos. El periodismo tiene que tener datos para poder sustentar lo que quiera decir.”

Su intención central es “tratar de mostrar cómo el discurso estatal se contradice con la realidad. Este modo de pensar el progresismo no es tal. Se plantea que hay una cuestión de transformación que no es real. El kirchnerismo es la represión. Es Insfrán, Alperovich, Beder Herrera. Es su expresión concreta. Esa sería la tesis”. Rojas contesta de manera frenética, tal vez ilustrando de qué manera produjo esta investigación: “El trabajo fue de dos años. Hay un laburo que tiene que ver con recolectar datos de manera exhaustiva”. Rescata, y a la vez cuestiona, las fuentes oficiales de las cuales se proveyó de esta información: “Hay un montón de datos que están en el INDEC que son interesantes pero hay otros que también sirven. Hay que buscar siempre. Otros lugares nos permiten pensar que la Argentina no es esta. En ese sentido, el INDEC es una forma de pensar la Nación.”

El primer capítulo cuenta el presente de la provincia de Formosa y el Gobierno de GildoInsfrán, quien forma parte del poder ejecutivo desde 1987, primero como vicegobernador y luego como gobernador desde 1995. “Formosa es muy interesante –describe Rojas- y muy divertido. Yo voy a Formosa y es el contraste de este discurso y la realidad, te muestra que no tiene nada que ver con lo progresista. Formosa es tremendo. Es el fascismo”. Rojas despliega en su libro estos “otros datos” que menciona, al sostener que en en dicha provincia un 81% de las madres de menores de 6 años afirma que sus hijos solo ingieren una comida diaria, según la Encuesta Materno Infantil Pueblos Originarios (EMIPO) realizada en 2010.

“En Jujuy hubo represiones que causaron muertes, por ejemplo en Ledesma”, asevera Rojas quien relata la violencia desatada hacia los acampantes de El Triangulito, un terreno perteneciente al Ingenio Ledesma, en donde murieron Félix Reyes y Juan Velázquez a manos de las fuerzas policiales. También hace referencia a la organización social Tupac Amaru dirigida por Milagros Sala: “En Jujuy estuvo esta doble situación en la cual se puede pensar en Milagros Sala como algo que tiene una expresión de realización. Pero por otro lado, se expresa también la cristalización de cómo un movimiento social se integra al Estado y termina reprimiendo a otros movimientos.”

El trabajo es denso y relate hechos que, en ciertos temas, cobraron relevancia a través de la prensa nacional. Un caso es el de la lucha de los manifestantes contra la minería a cielo abierto en Famatina, La Rioja. Rojas no solo reconstruyó esta situación, que terminó con la anulación del contrato entre el Gobierno de Luis Beder Herrera y la minera canadiense Osisko Mining Corporation en julio de 2013, sino que también accedió a una entrevista con una vocera de la empresa multinacional. Así rememora este hallazgo periodístico: “Eso fue genial, casi una casualidad. Yo entrevisté a (José) Pedraza y estas son como casualidades. Fueron dadas de un modo casual.” Beder Herrera gobierna La Rioja desde 2007, pero antes fue vicegobernador de Ángel Maza durante 12 años –asumió en 1995- y participó en la destitución de este último, según confirma Rojas en su libro: “Beder alineó tras su figura a 17 de los 23 diputados del Frente para la Victoria (…) que eliminaron la reelección indefinida del gobernador y dieron por tierra con el plan de Maza de acceder a un cuarto período de gobierno. (…) Beder Herrera fue incluso más allá y lo denunció a la Justicia por el presunto desvío de fondos de la coparticipación nacional a cuentas particulares.”

“Uno lleva adelante una serie de investigaciones y puede llegar a los protagonistas. En este caso yo llegué al caso de Lebbos”, relata Diego Rojas y se sumerge en otro de los casos reunidos en El Kirchnerismo Feudal, que involucra complicidades del Gobierno provincial y de la Justicia, ya que existen versiones que vincularían el asesinato de Paulina Lebbos con el hijo del Gobernador José Alperovich y otros amigos del poder. Rojas es claro y sintético: “El gobierno de (José) Alperovich es una empresa muy bien realizada. Si vos pones el mapa de la genealogía de Alperovich y le superpones los puestos de Gobierno se encastran perfectamente”.  La esposa del Gobernador tucumano, Beatriz Rojkés de Alperovich, es la presidente previsional del Senado de la Nación, tercera en la línea de sucesión presidencial, y presidenta del PJ provincial. Su cuñada, Silvia Rojkés de Temkin como Ministra de Educación, su otro cuñado Carlos Rojkés como representante del Banco de Tucumán, el primo del gobernador Benjamín Bromberg diputado nacional, el primo de Alperovich Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas, son algunos ejemplos de los familiares con cargos estatales que el libro presenta.

Conflictos sociales, delitos, violencia institucional, se entrelazan en la investigación del periodista de PlazadeMayo.Com. “Había una idea primigenia y luego una confirmación de esta. Esta cuestión del Feudalismo Kirchnerista tiene que ser abarcada obligatoriamente con los datos”, sostiene y recalca que la información es el horizonte en el cual delimita su trabajo. El libro de Rojas permite pensar cuál es el presente de la represión por parte del Estado y los Gobiernos provinciales hacia diferentes actores sociales, en su mayoría sectores marginados, pueblos originarios, trabajadores y manifestantes.

Es inevitable la mención al caso de Mariano Ferreyra, asesinado por una patota de la burocracia sindical en octubre de 2010 y que terminó con la condena del líder de la Unión Ferroviaria José Pedraza y a otros 13 imputados con penas que van de los 18 a los 2 años de cárcel. El autor responsabiliza al Estado Nacional por estos hechos: “Lo de (Mariano) Ferreyra es mostrar un aspecto en el cual se lleva adelante una represión y conlleva víctimas. Pero en el Interior es peor. En Tucumán se mata gente, en Formosa se mata gente, en La Rioja se mata gente. No hay un modo en el que esto sea sistematizable sin pensar que el Estado usa su forma estatal para matar gente.”

El autor, con su taza de café en la mano todavía humeando, se niega a sumergirse en una visión del presente desoladora y sometida a la violencia feudal que describe en las provincias argentinas: “(Michel) Foucault decía que frente a un Estado, hay una resistencia. Hay un panorama que puede percibirse como muy complicado a nivel represión y violencia institucional, pero puede haber también un futuro. Hoy existe un campo de resistencia interesante y también electoral. A mí me parece muy bueno que haya una persistencia en el Frente de Izquierda, por ejemplo, a nivel nacional. Hay que pensar que se puede hacer algo transformador de verdad.”

Entre semejante catarata de estadísticas, testimonios y crónicas de represiones violentas, emerge una historia de amor: el Gobernador de Chaco y su mujer. “Me pareció genial pensar en Capitanich y Sandra de Mendoza como para bajar la intensidad. O sea, venís leyendo un montón de datos y acá bajas un poco. Igual me parece una historia muy entretenida”, afirma Rojas quien utiliza estos hechos para situar la atención del lector en una provincia que registra entre 12.000 y 15.000 niños con problemas de desnutrición, según cifras del último censo.

El también autor de Argentuits en 2012, define su mirada acerca de la profesión periodística: “Mi intención es laburar de un modo productivo e intento que eso tenga una incidencia en la realidad. Pero no solamente lo de Ferreyra. Esta narración de los hechos está buena porque produce efectos en la realidad. Hay algo que me parece muy divertido en lo que hago. Mi trabajo produce efectos en la realidad y está buenísimo. Ese sería el objetivo del periodismo. (Rodolfo) Walsh lo decía”. Respira, deja entrever que no se conformará con una buena venta de su obra, sino que también pretende contribuir con aquella transformación verdadera a la que hace mención.

 “Uno parte de una hipótesis y va viendo como esto se traduce en algo real. Mi técnica es buscar los datos de la realidad”, cuenta Rojas y también ejemplifica: “A veces uno tiene un dato y cree que no producirá efectos. De repente encontrás un montón de lazos que te llevan a comprobar que alguien que roba además es un represor, como me sucedió en un caso reciente. El periodismo te permite encontrar puntos muy diversos que te llevan a estos hallazgos .Es tomar un dato y seguir y seguir hasta el final. Cuando encontrás eso, ahí ya estás como en un orgasmo. Yo quisiera no laburar en general. El periodismo te permite no laburar y ser interesante.”


Viewing all articles
Browse latest Browse all 336

Trending Articles