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“Mi opinión no está a la venta”

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En el contexto de un país polarizado, el periodismo no resulta ser la excepción. Pero Reynaldo Sietecase es uno de los pocos que intenta no ser atraído por ninguno de los polos. En esta entrevista, nos brinda su visión acerca de la actualidad de la tan cuestionada profesión.

Por Sebastián Rodríguez || sebastian_rodriguez999@hotmail.com|| 10-07-2013


Se autodefine en su sitio Web como “rosarino, poeta, narrador y periodista”. Trabajó en varios medios de su ciudad natal y en Buenos Aires. Se destaca su paso por  la revista Veintitrés y Crítica de la Argentina, Radio del Plata, América TV y, actualmente, trabaja en FM Vorterix 103.1 y Telefé Noticias. Además, por su labor en radio y televisión recibió premios Martín Fierro y es autor de varios libros de crónicas, poesías, novelas y ensayos. Actualmente, se encuentra escribiendo una nueva novela.

¿Cuándo nació su vocación por el periodismo?

Después que la vocación literaria. Escribo desde la adolescencia cuando ni siquiera imaginaba que me podría dedicar al periodismo. Edité mi primera revista al finalizar el colegio secundario. En 1989 gané una beca de estudio y trabajo en el Diario Clarín y una vez que pisé una redacción y comprendí que había gente que vivía de contar historias, tomé una decisión: "desde ahora soy periodista", me dije. Ya había hecho radio y otras cuestiones, pero recuerdo que fue en ese momento que "me nací periodista". Era lo más cercano a la literatura que yo podía encontrar. 

¿Tiene algún referente en el periodismo?

El más importante es Tomás Eloy Martínez. Es mi referente como escritor y periodista. Después tengo muchos colegas que me han formado en el fragor del trabajo, desde Jorge Lanata hasta Martín Caparrós, por nombrar apenas dos de decenas de colegas con los que fui aprendiendo este oficio. En radio admiro mucho a Quique Pessoa y a todos los grandes del micrófono. Desde niño soy una suerte de adicto a la radio.

En el 2009, al final de una emisión de "Tres poderes" [en la que entrevistó a Francisco De Narváez] usted dijo que es muy difícil hacer periodismo político en nuestro país. Si bien pasaron cuatro años de esto ¿considera que la situación es igual o peor?

En Argentina, más allá de la pelea entre el Gobierno y Clarín que ya lleva cinco años, hay una bajísima tolerancia a la crítica. El Gobierno sólo acepta los aplausos y la oposición política o mediática sólo acepta los insultos al gobierno. Igual tengo confianza en los consumidores de información. No son tontos y lentamente se va rompiendo la lógica binaria. Esto no es Disneylandia ni Bagdad y si uno acuerda con alguna política del gobierno no es porque lo compraron y si uno critica políticas o funcionarios no es un traidor a la patria. 


Muchos comunicadores sostienen que la libertad de prensa se encuentra atropellada y, en algunos casos, vulnerada ¿Cuál es su opinión al respecto?

Creo que es un contexto de mucha tensión por el conflicto entre el gobierno y el principal grupo de medios en el país. No creo que la libertad de expresión esté vulnerada. Basta recorrer los medios y ver lo que se publica. Sí hay señales preocupantes como el uso de la publicidad oficial para castigar a los medios críticos y premiar a los amigos. O la utilización de espacios como el Fútbol para todos en beneficio propio. Todo eso debe estar regulado, no puede ser que se usen recursos del Estado en beneficio de un gobierno. 

¿Le sorprendió la reacción de algunas personas con respecto a su opinión emitida al recibir el último Martín Fierro [al recibir el premio expresó que además de poder interrogar al poder político, se interrogue al poder económico]?

Un poco. Pero hace rato que comprendí que en Argentina se cumple el refrán: "con la verdad me temo que ofendo". Sólo repetí algo que aprendí en Página 12 cuando lo dirigía Lanata y yo trabajaba allí. Era una consigna del diario: investigar a los políticos pero también a los empresarios que medraban con el Estado. Lo curioso es  que quien se dio por aludido fue él.  


¿Cómo quedó su relación con Jorge Lanata desde entonces?

Hace mucho que no hablo con Jorge. Es el periodista más talentoso de su generación. Lo demuestra con cada cosa que hace. Me sorprende verlo tan enojado. Sólo puedo decir que estamos viendo el país de manera diferente. Y también que entendemos el periodismo de manera diferente.

En declaraciones a esta revista, el periodista Jorge Halperín dijo que el periodismo independiente "no existe, no creo en ese verso". ¿Usted considera lo mismo?

El concepto de independencia merece una redefinición. A medios y periodistas hay que exigirles que sean independientes del poder político. Después, las vinculaciones con el poder económico son evidentes. Se trata de empresas. Ahora bien, una cosa es que esas empresas te compren tu fuerza de trabajo y otra, muy distinta, es que te compren tu opinión. La mía no está a la venta. 

Me dijo que estaba escribiendo un nuevo libro, ¿podría adelantarnos de que se trata?

Después de Kamikazes, mi ensayo periodístico sobre los diez años del kirchnerismo, he vuelto a la literatura. Terminé una obra de teatro, que escribí junto a mi amiga Mariela Asensio. Se llama Malditos, se estrena el 10 de Agosto. Y estoy trabajando en una nueva novela.


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