El historietista, pintor y muralista Liniers invita a conocer su mundo creativo y expone su obra hasta el 2 de agosto en el Centro Cultural Borges bajo el título de "Todo es macanudo". Un artista que masifica sus dibujos apoyándose en las redes sociales con una mirada distina, ingenua e idealista.
Basada en la premisa de una propuesta interactiva, “Todo es macanudo” abrió sus puertas al público el 17 de mayo. La muestra que exhibe lo mejor de las historietas de Ricardo Siri (más conocido como Liniers), cuenta con 200 originales del dibujante y múltiples espacios para crear y esparcirse, apuntados principalmente a los niños, pero muy disfrutados también por los adultos.
De esto en definitiva se trata Macanudo, un mundo en el que todo se ve con ojos infantiles y en el que la inocencia y las pequeñas delicias de la vida son protagonistas. Liniers es un personaje que sin dudas ha sabido destacarse en el universo del cómic argentino en los últimos años. Con un éxito rotundo especialmente entre jóvenes y adolescentes con cierta formación intelectual, su encanto reside en un humor sutil y adorable que en algunas ocasiones también apela al sarcasmo, especialmente como una herramienta para ironizar la publicidad y el consumismo. Sin embargo, el autor nunca pierde el enfoque optimista e imaginativo que lo caracteriza. Justamente por él y por la belleza estética de sus dibujos, sus viñetas no paran de aparecer en Instagram y fotos de portada, como una forma de pregonar pensamientos positivos y de superación personal.
Y aunque por momentos los gags de sus historietas coquetean con lo absurdo y se vuelven un poco indescifrables, es interesante ver como expone su punto de vista analizando problemáticas más o menos complejas desde la impunidad y la sinceridad de un niño (o un pingüino, o un duende). Probablemente su estilo no pueda ser caracterizado como filoso ni crítico, y tampoco es el más accesible para cualquiera que lee un diario, pero aporta una mirada distina, ingenua e idealista, que entre tanto humor explícito y político resulta un soplo de aire fresco y roba unas cuantas sonrisas.
Por supuesto, las grandes estrellas de la exposición son sus clásicos personajes, entre los que se encuentran el gato Fellini, el amigo imaginario Olga y la aceituna Oliverio. A medida que se recorre la muestra se los puede ver en todo tipo de formatos y soportes: plasmados en tinta y acuarela en los bocetos de su creador, pintados en la pared y representados como esculturas. Sin embargo, también se encuentran algunas rarezas como los cuadernos del colegio en los que el dibujante plasmó sus primeras creaciones y una serie de entrevistas hechas en forma de historietas que realizó con personajes como Ricardo Darín y Andrés Calamaro. Si bien no ocupan un lugar preponderante en la muestra y pueden llegar a pasar desapercibidas, vale la pena tomarse un par de minutos para leerlas completas.
En general, la exposición está pensada para recorrerla con tiempo y aprovechar la posibilidad de sentarse en un puff o una mesa de café a leer o dibujar. Si bien los más asiduos seguidores de Liniers quizá no encuentren demasiadas novedades, es una buena oportunidad para tener un contacto real con la creación y el boceto de una obra que llega a nosotros a través de un diario, una agenda o una recopilación. Y en especial, de contar con un espacio en el que conviven todos los más queridos personajes del artista, dispuestos a compartir su soñadora perspectiva.
La muestra se puede visitar hasta el 2 de agosto en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín) de lunes a sábados de 10 a 21 y los domingos de 12 a 21.