Paloma Vidal, escritora brasileña, traductora de su propia obra al castellano, mujer entre dos lenguas, contesta algunas preguntas sobre su experiencia de escritura mientras su último trabajo, Mar azul aún está en proceso de traducción.
Por María josé Schamun || mjschamun@gmail.com || 12-05-2014
Al momento de la escritura ¿cómo decidís qué historia vale la pena contar? ¿De dónde nacen los relatos?
Creo que nacen de cuestiones que quedaron incompletas en el sentido de una inquietud de los libros ya escritos y, sabiendo que soy un poco vaga, diría que siempre tienen que ver con alguna preocupación fundamental, ética, y para mí la escritura es la manera de buscar una respuesta. Cuando eso se define, todo empieza a circular en torno de esa cuestión y cualquier cosa puede entrar en un libro desde algo observado en la calle, en casa, en el trabajo, visto en una película, leído en la Internet.
Teniendo en cuenta el fuerte contenido autobiográfico que tienen tus textos ¿cómo amalgamás la ficción y la biografía?
La verdad es que esas fronteras no tienen mucha importancia. La vida y la literatura son una misma cosa en el sentido de que lo que se juega siempre son modos de vivir individualmente y con el otro.
Lo generacional ¿es una forma de la memoria que puede considerarse social o lo sentís más familiar?
A veces digo “mi generación” y casi siempre me arrepiento. Me parece pretencioso. Creo que las relaciones más verdaderas nunca pasan por ahí y es siempre una lectura a posteriori que tiene su utilidad evidentemente. Como profesora lo utilizo todo el tiempo, para organizar un poco las cosas, crear series, entender procedimientos. Es algo teórico.
Cuando leés ¿qué cosas te convocan de un texto? Como escritora ¿qué le mirás a la escritura ajena?
La libertad. Siempre me impresiona que se puedan hacer determinadas cosas. El último libro con el que me pasó eso fue Sangre en el ojo de Lina Meruane.
¿Cómo afecta a la significación de tus textos la lengua en la cual los escribís? Has contado en otras entrevistas que la gente en Brasil resalta cosas diversas de las que se destacan en Argentina ¿por qué creés que la gente de uno y otro idioma lee cosas distintas en el mismo texto?
Me gustaría saberlo. El primer texto que escribí en español fue una obra de teatro. Puede ser que haya sido el cambio de género pero, en realidad, me parece que no porque yo ya había escrito teatro antes. Concretamente, me pasó que el texto tiene un tono distinto a mis textos escritos en portugués, tiene más humor, más levedad. Es casi contradictorio pensando en los clisés de lo brasileño y lo argentino.
Más al sures un libro que salió primero en portugués y luego fue traducido al castellano por vos misma ¿Cómo es ser traductora de tu propia obra? ¿Creés que la obra sería la misma si la hubiera traducido otro?
Mi hipótesis de trabajo fue que yo trataría de ser traductora de mí misma y no recrearía el texto. Es decir, me volvería como otra de mí misma. Quizás tendría que haber arriesgado más pero no pude.
En una entrevista del 2011, mencionás que los relatos de Más al sur nacen de una necesidad de irte metiendo más en temas que te habían quedado inexplorados en tu libro anterior como una forma de construir tu propio espacio literario ¿cuáles serían esos temas y cómo definirías tu propio espacio literario?
Curiosamente, en este momento estoy empezando una búsqueda de algo distinto. Es algo que resulta de una sensación de haber llegado a un límite mío respecto de ciertas cuestiones y tiene justamente que ver con mi última novela, Mar azul. Acabo de cerrar una investigación sobre narrativas de viaje en la universidad que tenía mucho que ver con los temas de mis libros y eso es bastante sintomático para mí porque, en general,escritura y estudio están bastante próximos.