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El mensajero del rock

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Johnny Marr, leyenda viviente de la guitarra, se presentó el jueves 3 de abril en Niceto Club, en uno de los Sideshows desprendido del Lollapalooza Argentina 2014. En un marco íntimo el británico brindo un show de lujo en donde no faltaron versiones de su ex banda The Smiths y los temas de su primer disco solista The Messenger.

Por Pablo Díaz Marenghi || @pablodiaz91 || 04/04/2014
Fotos: Pablo Díaz Marenghi || Facebook Niceto Club


Remeras de The Smiths delineaban el paisaje en las inmediaciones de Niceto Club, ubicado en pleno Palermo. Johnny Marr, ex guitarrista de dicha banda británica, se presentaría esa noche de jueves 3 de abril; luego de su celebrado show en el segundo día del Lollapalooza local el 2 de abril. Con desprolijidades en la organización mediante y luego de una lesión en la mano del cantante que hizo peligrar su gira por Latinoamérica, el ahora solista, pionero del britpop, brindó un show intímo pero a toda máquina en donde desfilaron canciones de su antigua banda –ya de culto-, algunos covers y gran parte de su primer disco solista The Messenger (2013).

Luego de un escenario precalentado por la banda local Les Mentettes, el show del talentoso guitarrista oriundo de Manchester arrancó puntual. Vestido de prolijo traje azul de seda y camisa bordó; apenas pisó el escenario comenzaron a sonar los primeros acordes veloces de “The Right Thing Right”, tema que abre su disco. Los punteos de su guitarra y el bajo lacerante abrían un show que duraría casi dos horas. El público saltaba, cantaba con fuerza, movía los brazos y algunos registraban lo que veían con sus celulares; algunos con rostros incrédulos, ya que estaban viendo al ídolo de muchos, fiel ladero de Morrissey en los ochentas.

Al instante, con los fans todavía emocionados, llegó el turno de la primera versión de The Smiths de la noche: “Stop Me If You Think You've Heard This One Before”. El delirio se desató a metros del escenario; muchos señores de cuarentaylargos agitando y danzando cómo adolescentes; quizás rememorando las épocas en las que coreaban las canciones de Marr y Moz. Luego pasaría “Upstarts” –con una melodía muy pegadiza, fiel al estilo del autor- y “Sun & Moon” –Potente y rockera- ambas de The Messenger. "La prouxima canción se shama: The crack up"dijo Marr en un español rústico y, a la vez, simpático. Su acento británico interactuó más de una vez con el público, a través de chistes y agradecimientos.


Si Morrissey es amor y poesía, Marr es rock. La guitarra de lado, apuntando hacia el frente como si fuera un rifle. Un pie adelante, otro a un costado, la espalda levemente encorvada. La mirada firme hacia el escenario, leve sonrisa. Eso es Johhny Marr. Su pose clásica, que tantos luego copiaron y deformaron, sigue siendo una marca registrada. No sólo hace hablar a la guitarra, con punteos y fraseos que hacen olvidar su fractura de muñeca reciente, sino que recorre el escenario con actitud, soltura y madurez; un reflejo de sus años en la música. A simple vista puede parecer antipático. Todo lo contrario. Su carisma lo convirtió en un gran showman a quién el público no dejaba de gritarle mensajes de afecto y agradecimiento.

“Sé que no escucharon mi disco, no importa, vamos a divertirnos” disparó el músico en un inglés bien british, intuyendo que había muchos allí presentes que desconocían su obra solista y deseaban escuchar canciones de Smiths. Esto se evidenció a la hora de poguear: cuando sonaban temas de la ex banda de Marr que lo consagró a la fama, el público estallaba, generando una marea de personas saltando, bailando y moviendo los brazos con locura. Esto pasó en “Panic” y, más profundamente, en los hits de The Smiths “Bigmouth Strikes Again” y “How soon is now?”.

Su Fender blanca no paraba de sonar. Por allí pasaron 10 de los 12 temas de su disco, incluido “The Messenger”, tema que le da nombre y bien podría ser un hit radial. Canciones como “New time velocity” –De melodía más suave, casi acústica- y “Generate! Generate!” –Cuyo estribillo coreó todo Niceto- tuvieron muy buena aceptación por parte de la audiencia; lo que demostró que Johnny Marr dejó de ser hace tiempo “El guitarrista de The Smiths”. Pasada la hora y diez minutos los músicos se despidieron –“Espero verlos pronto”, saludó Marr de nuevo en español- y se retiraron; aunque nadie se movió. Las luces seguían apagadas y el público inmóvil, ansiando la vuelta de Johnny y su banda.


A los pocos minutos estos retornaron –ahora Marr de remera a rayas, para intentar combatir el calor que ya era muy intenso dentro de Niceto- y comenzaron con arpegios suaves que darían pie a una de las mayores emociones de la noche: “Please, Please, Please Let Me Get What I Want”, tema de los Smiths que provocó más de una lágrima. Seguido vinieron “I fought the Law” –cover de The Crickets inmortalizado por The Clash- y “Getting Away With It”, de Electronic, grupo que formó junto a Bernard Summer, de New Order y los Pet Shop Boys.

Los músicos sonreían mientras Johnny los presentaba para que todo Niceto los aplauda. Al final, el británico se despidió con “There Is a Light That Never Goes Out” –Quizás el tema más emblemático de The Smiths- dándole el gusto a su gente; quién no paró de poguear, saltar y celebrar su música.

Con un hasta pronto cálido y la mano en alto saludó a todos los allí presentes prometiendo regresar. Muchos lo esperaron a la salida y algunos hasta pudieron darse el gusto de llevarse recuerdos firmados por él en la puerta de su hotel. Johnny Marr dejó su huella en Buenos Aires por partida doble –Se presentó antes en el Lollapalooza- y cumplió con creces brindando un show digno, demostrando que estaba intacto pese al paso del tiempo y dejando bien claro que ninguna lesión le impediría tocar


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